Abbaye de Tamié
El queso Abbaye de Tamié tiene su origen en los Alpes franceses, cerca de la ciudad de Albertville. Este queso tiene sus raíces en los monjes cistercienses que se establecieron en la abadía en el siglo XII.
La receta del queso Abbaye de Tamié se ha desarrollado a lo largo de siglos de artesanía dentro de los muros de la abadía. Este queso semiblando de corteza lavada está elaborado con leche de vaca no pasteurizada, lo que le da una textura rica y cremosa con un distintivo sabor a nuez. El queso se somete a un meticuloso proceso de envejecimiento en las bodegas de la abadía, donde desarrolla su característica corteza de color naranja y su complejo aroma terroso.
Cuenta la leyenda que los monjes de la Abadía de Tamié se inspiraron en la flora alpina que rodeaba su monasterio, que dotaba al queso de sabores y aromas únicos. Su compromiso con las técnicas tradicionales de elaboración del queso ha garantizado que la Abbaye de Tamié siga siendo un tesoro culinario preciado hasta el día de hoy.
Combinar el queso Abbaye de Tamié con los acompañamientos adecuados puede realzar sus sabores y crear una experiencia gastronómica memorable. Aquí hay algunas combinaciones deliciosas de comidas y bebidas a considerar:
Baguette Fresca: El simple placer del pan recién horneado es el complemento perfecto para la textura cremosa del queso Abbaye de Tamié. El exterior crujiente y el interior suave de una baguette brindan un delicioso contraste con la riqueza del queso.
Charcutería: Sirva rebanadas de embutidos como prosciutto, salami o coppa junto con queso Abbaye de Tamié para crear una tabla de embutidos equilibrada y sabrosa. Las notas saladas y sabrosas de las carnes armonizan maravillosamente con la textura cremosa del queso.
Frutas: combine el queso Abbaye de Tamié con rodajas de manzanas crujientes, peras jugosas o higos maduros para agregar un toque de dulzura y frescura a su plato de queso. La dulzura natural de la fruta proporciona un delicioso contraste con los sabores terrosos del queso.
Miel: Rocíe una cucharada de miel sobre una rodaja de queso Abbaye de Tamié para realzar su dulzura de nuez y agregar una nota floral deliciosa a cada bocado. Los sutiles aromas florales de la miel complementan el complejo perfil de sabor del queso.
Vino blanco: combine el queso Abbaye de Tamié con un vino blanco fresco y ácido como Chardonnay o Sauvignon Blanc para limpiar el paladar y realzar la textura cremosa del queso. La brillante acidez del vino atraviesa la riqueza del queso, creando un equilibrio armonioso de sabores.