Chirimoya

La chirimoya es una fruta tropical originaria de los valles andinos de Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. Descubierto por primera vez por los pueblos indígenas de estas regiones, se ha cultivado durante siglos debido a su pulpa dulce y cremosa.
Hoy en día, la chirimoya se puede encontrar creciendo en varias regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, incluidas partes de América Central y del Sur, el sur de California, Florida, España, Italia, Egipto e Israel. La fruta prospera en zonas con temperaturas moderadas y suelos bien drenados.
El sabor de la chirimoya a menudo se describe como una mezcla de plátano, piña y fresa, con toques de mango y vainilla. La pulpa es suave, cremosa y parecida a una natilla, salpicada de semillas negras que no son comestibles.
Para comer una chirimoya, córtala por la mitad y sácale la pulpa con una cuchara, evitando las semillas. La fruta se puede disfrutar sola o agregada a varios platos. Su textura cremosa y su sabor dulce lo convierten en un ingrediente perfecto para batidos, postres y macedonias de frutas. También complementa los productos lácteos como el yogur y el helado, realzando su riqueza con su sabor único.