Cómo utilizar el agua termal
El agua termal para la cara es un compañero perfecto para todas las mujeres. Por regla general, el agua termal no tiene contraindicaciones y se recomienda para todo tipo de pieles. El Fashiongton Post explicará por qué este producto debe estar en su kit de cuidado de la piel y cómo usarlo correctamente para aprovecharlo al máximo.
¿Qué es el agua termal?
El agua termal proviene de fuentes termales. La diferencia entre aguas termales y aguas minerales está en una mayor concentración de sales minerales y oligoelementos. A modo de comparación: una botella de agua mineral contiene 6-7 tipos de sales, mientras que el agua termal tiene 15. La composición del agua termal es tan rica que no se recomienda beberla, para evitar un exceso de minerales en el cuerpo. La mejor manera sería usarlo como remedio para la piel del rostro.
El agua termal en sí es un condensado de vapor liberado por el magma. Ascendiendo a las capas superiores de la tierra y enfriándose en el camino, el vapor atraviesa una gran cantidad de rocas, disuelve minerales y se purifica. A diferencia del agua mineral, el agua termal es más pura y rica en diversas sustancias útiles.
El agua termal refresca y suaviza la piel al instante, combate el picor y la inflamación, alivia las rojeces tras una exposición solar intensa, protege de los radicales libres y calma la piel tras procedimientos cosméticos agresivos.
La principal propiedad del agua termal es calmar y aliviar la irritación de la piel. Cuanto más calcio hay en el agua, más fuerte es el efecto calmante. Los minerales, a su vez, saturan la piel con oxígeno y mejoran sus procesos metabólicos, lo que iguala el tono y mejora la luminosidad natural.
Tipos de agua termal
Las aguas termales se dividen según el grado de mineralización, la proporción de sales de potasio y magnesio, así como la composición de oligoelementos, es decir, sustancias contenidas en cualquier otro producto en proporciones muy pequeñas, pero que son de vital importancia. Es gracias a diversas composiciones que las aguas termales se utilizan activamente en cosmetología: para pieles grasas, secas y normales, contra el acné, dermatitis, quemaduras y como cuidado posterior al procedimiento. Algunos tipos de agua termal serán útiles en el invierno, cuando incluso la piel normal puede sufrir descamación y alergias al frío.
Para pieles secas es más adecuada la mineralización baja, y para pieles grasas y problemáticas es más adecuada la mineralización alta, con presencia de oligoelementos como el manganeso y el zinc. Las pieles hipersensibles y con tendencia alérgica responden bien al agua isotónica. La ventaja de este tipo de agua termal es que no requiere secarse con una servilleta.
Para pieles mixtas son adecuadas las aguas de baja o media mineralización, preferiblemente que contengan zinc y silicio. El primero es responsable de la curación y el segundo es restaurar la inmunidad de la piel. El agua termal con selenio se utiliza mejor para el cuidado de la piel madura. Este componente neutraliza perfectamente la acción de los radicales libres, protege la piel y ralentiza el proceso de envejecimiento de las células.
¿Cómo utilizar correctamente el agua termal?
El agua termal brinda el máximo beneficio si se rocía sobre la piel limpia, así que úsela después del tónico y antes de aplicar el suero y la crema. Así, los oligoelementos penetran en la piel lo más profundamente posible.
Se recomienda pulverizar el producto a una distancia de 20-25 centímetros del rostro. Después de la aplicación, masajee suavemente la piel, frotando las gotas con la yema de los dedos. El exceso de agua debe secarse con una toalla de papel después de un par de minutos.
¿Cuándo usar agua termal?
A menudo, se recomienda el uso de agua termal en el verano, cuando la piel es propensa a una mayor sequedad. Sin embargo, la práctica muestra que se debe usar una botella de agua termal independientemente de la temporada, especialmente cuando la piel es propensa a la irritación y a las influencias ambientales negativas.