Durián
Durián, conocido como el “rey de las frutas”, es conocido por su fuerte olor y sabor distintivo. Originaria del sudeste asiático, crece principalmente en países como Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas. El árbol durián prospera en climas tropicales con suelos ricos y bien drenados y alta humedad.
Durian tiene un sabor único que combina sabores dulces y salados, a menudo descrito como una mezcla de almendras, queso, ajo y caramelo. Su pulpa cremosa, parecida a una natilla, contrasta con su corteza espesa y puntiaguda. El aroma de la fruta es notoriamente picante, a menudo comparado con el de las cebollas podridas o las aguas residuales crudas, lo que llevó a su prohibición en muchos lugares públicos y sistemas de transporte.
Existen numerosas variedades de durian, cada una con características distintas. Los más populares incluyen Musang King, conocido por su pulpa de color amarillo brillante y rico sabor, y Monthong, que tiene un sabor más suave y una textura más suave. D24 es otro de los favoritos, valorado por su sabor agridulce y consistencia cremosa.
La historia detrás del descubrimiento del durián está llena de leyendas e historia. Ha sido parte de la cultura del sudeste asiático durante siglos, y los primeros registros mencionan su cultivo y comercio. El nombre de la fruta se deriva de la palabra malaya “duri”, que significa espina, lo que refleja su exterior puntiagudo.
Durian ocupa un lugar especial en las tradiciones y la cocina locales. Para comer durian, comience cortando a lo largo de las costuras de la corteza puntiaguda para abrirla. Retire la pulpa cremosa con las manos o con una cuchara. Se puede comer fresco, mezclarlo en batidos o utilizarlo en postres, dulces y platos salados. Algunas personas prefieren comer durian caliente, creyendo que calentar la fruta realza su sabor y suaviza su textura. A pesar de su olor polarizante, el durián sigue siendo un manjar querido para muchos y simboliza el rico patrimonio agrícola de las regiones donde crece.